Conversación con unas momias

Según las últimas noticias ya se ha empezado la construcción de la sede del futuro museo arqueológico de Egipto que ha de sustituir al pequeño, incómodo, caótico y, por tanto, encantador que apenas da abasto en El Cairo . Se le echará de menos su aspecto decimonónico, con las estatuas amontonadas por falta de espacio, los carteles decrépitos, el sinfín de piezas desperdigadas por las salas sin orden ni concierto... En cambio serán similares dos de sus estancias estrella: la destinada al tesoro de Tutankhamón , tan atiborrada de gente que casi hay que atisbar las joyas y la máscara entre las cabezas, y la de las momias que, por contra, se visita en medio de una calma muy apropiadamente sepulcral porque casi nadie entra. No me pregunten por qué; quizá debido a que ha de pagarse una entrada aparte. El caso es que allí están, entre otros, los cuerpos momificados de grandes faraones: Tutmosis III , el Napoleón de la época,un conquistador que fue el verdadero creador del imperio e...