Destino final
No voy a decir que a mi me pase lo mismo exactamente porque yo sí que cojo los aviones, ya que no te devuelven el dinero. El problema no está en los vuelos sino cuando llego al destino, que resulta casi como el del título: final.
Haciendo un repaso rápido tenemos que:
1-Unos días antes de viajar a Egipto se produjo un brutal atentado contra un hotel de turistas en Sharm El-Seikh (2005). Me lo comunicaron muy oportunamente cuando entraba al ayuntamiento a casarme.
2-Pasamos a Jordania:, el avión que nos traslada de Ammán a El Cairo empieza a soltar, en pleno vuelo, una sospechosa estela de humo por uno de sus motores. "Eso no es nada" dijo la azafata, pero el silencio fúnebre que hubo entre el pasaje durante el trayecto sólo fue comparable a la salva de aplausos con que, al aterrizar, rompieron unos italianos que habían visto demasiadas películas.
3-En 2002 recorro Portugal en coche de sur a norte. Si no hay avión no hay peligro, decían muchos amigos antes de que partiera. Luego, a mitad de camino, me encuentro un descomunal incendio forestal, con docenas de camiones de bomberos obstruyendo la autopista.
4-Siguiendo con los incendios, no puedo olvidar el que arrasó Croacia el verano en que visitaba Dubrovnik, que estuvo a punto de ser evacuada.
5-Volvamos a los aviones. En el aeropuerto de Orly subimos al que ha de llevarnos de vuelta a España tras una semana en París. Pasan los minutos y nada. Al final nos dice la comandante (sí, era una mujer) que SE HA QUEDADO SIN BATERÍA. En serio.
6-Praga es un país europeo: ¿qué va a pasar si me voy de vacaciones ahí? me preguntaba poco antes de llegar y encontrarme que las lluvias habían desbordado el río Moldava y el ejército levantaba barricadas de sacos terreros por las calles para contener el agua (véanse fotos).
7-¿Nadie adivina lo que me pasó en Thailandia durante el verano de 2004? Exacto, me esperaba ansiosamente la gripe aviar.
8-En Grecia, sin embargo, algo ganamos. La semana anterior a mi llegada fue calcinada por la tristemente célebre ola de incendios de 2007. Los esfuerzos de los griegos lograron contenerlos el tiempo justo de mi visita; luego volvió el fuego con más virulencia que antes y todo lo que yo había visto quedó reducido o rodeado de cenizas.
En fín, puesto que aquí sigo dando la paliza, hay que deducir que la Parca sigue teniendo la misma pésima puntería que en la película de marras. Aunque se acerca el verano y mi proyecto de viajar a América ya está en el punto de mira por la gripe porcina.
Foto:
Praga inundada 1, por Carlos A. F.
Praga inundada 2, por Carlos A. F.
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