El aire prometido

El otro día contaba una anécdota de Kenia respecto a cómo los insectos aguardan la llegada de turistas en las habitaciones de los hoteles con más ganas aún que los propios hosteleros. Revisar armarios, camas, ventanas, cortinas y demás rincones es recomendable en ciertos países tropicales para evitar sorpresas. Sin embargo a veces salta la liebre (o el bicho) donde menos se lo espera uno. El verano pasado llegué a Bocas del Toro , en Panamá , en medio de una intensa lluvia. A pesar de ello era un día caluroso, por lo que al llegar a la habitación del hotel, un establecimiento típico de la zona construido en madera al estilo caribeño, busqué el aire acondicionado para ir enfriando un poco el ambiente, sabedor de que, si no, cuando llegara la noche sería imposible dormir. El aparato resultó un tanto primitivo: presentaba un tosco aspecto setentero con los botones de rosca en un enorme tablero de madera adosado a la pared; no había mando a distancia, por supuesto. Sudoroso tras la c...