Esperpentos

Muy a menudo sonreimos con los guiris que pasean por nuestras calles en bermudas, camisas floreadas, sandalias y calcetines verdes; nos burlamos de los nórdicos que dormitan en la playa enrojeciendo como gambas; nos reimos de los teutones que se muevencuales osos intentando bailar flamenco o sevillanas; nos carcajeamos con los yanquis que corren delante de los toros en los encierros como si estuvieran entre simples borregos; y nos descoyuntamos al ver a los japoneses fotografiando hasta su alma y haciéndonos reverencias. Es natural porque estos tipos suelen ser estrambóticos hasta la extenuación, pero ¿alguna vez pensamos el efecto que producimos nosotros cuando visitamos otros países? ¿Qué piensan en tierras exóticas cuando nos ven aparecer disfrazados de coronel Tapioca ? ¿A quién rezan cuando llegan los españoles dando alaridos? ¿Y cuando se ponen a dar palmas rumberas en medio de una plaza? Pues también se divierten a nuestra costa, evidentemente. Una vez, viajando por Tan...