La Catedral de Oviedo (y II)

La torre de la catedral, poema romántico de piedras, dedlicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne. ( La Regenta , Leopoldo Alas Clarín) Hacerse una foto con la catedral ovetense detrás no es tan fácil como parecería. Salvo que se disponga de un ojo de pez o algo así, resulta complicado lograr retratarse y que al fondo se vea el edificio entero, como muchos pretenden. Y eso que la plaza donde se ubica es amplia -tanto como para albergar conciertos y espectáculos diversos- desde que en 1930 se demolió la manzana de casuchas que la atravesaba transversalmente y que cerraba aún más el ángulo ante la fachada. Pero la estatua de La Regenta que mencionaba en el post anterior no se colocó allí al azar. Uno le pasa el brazo por el talle a doña Ana Ozores y ya tiene recuerdo con ella y el ansiado decorado arquitectónico. La plaza de la Catedral con la estatua de la Regenta Cerrando un poco los ojos y mirando hacia la mitad de los ochenta metros de ...