La Venecia de Casanova

Giacomo Girolamo Casanova tuvo una vida bastante larga para lo que era habitual en el siglo XVIII pero es que, encima, la aprovechó bien. De hecho casi diría que la exprimió hasta que no quedó gota y que probablemente falleció porque ya no le quedaba nada por hacer.

En los setenta y ocho años transcurridos desde su nacimiento en Venecia en 1725 y su muerte en Dux (actual República Checa) en 1798, encontró tiempo para protagonizar ciento treinta y dos conquistas galantes -al menos ésa es la cifra que él mismo recuerda en sus memorias, Histoire de una vie-, pasar por prisión varias veces, practicar los oficios más variopintos imaginables y conocer casi toda Europa.

En efecto, Casanova, hijo de actores, fue sacerdote (un affaire con una dama casada y mayor que él le descubrió el placer por la existencia mundana), escritor, médico de ocasión, mago aficionado, jugador empedernido, violinista, masón, poeta satírico, comerciante, informador de la Inquisición, bibliotecario y, sobre todo, viajero incansable. Un aventurero consumado, vamos, como demuestra su implicación en el establecimiento de la lotería francesa o su insólita fuga de la cárcel veneciana de los Piombi corriendo por los tejados del Palacio Ducal acompañado de otro preso (¡un fraile!).

La relación de lugares que conoció es extensa: buena parte de Italia (además de su Venecia natal, Roma, Milán, Cremona, Nápoles, Parma, Génova, etc), Rusia, Polonia, Alemania, Austria, Grecia, Turquía, Suiza, Francia... Incluso estuvo en España, en Madrid y Barcelona; por cierto, en la ciudad condal fue condenado a un mes de cárcel por seducir a la esposa del capitán general.

Con tanto ajetreo es lógico que tuviera ocasión de tratar con algunas de las personalidades famosas de su tiempo, desde Mozart (al que inspiró para componer Don Giovanni) a Voltaire (con quien no congenió, al parecer), pasando por Rousseau, Federico II de Prusia, Catalina de Rusia, madame de Pompadour y muchos más. Paradójicamente, falleció en soledad, melancólico, añorando tiempos mejores.


Si alguien visita Venecia hoy en día y decide dar un paseo en góndola -es carísimo pero se puede amortizar montando varios-, es probable que el gondolero haga pasar su embarcación ante la bella mansión donde vivió Casanova. Una de ellas, en realidad, pues habitó varias y alguna ha sido restaurada por el modisto Pierre Cardin. Como la ciudad está llena de palacios ahí quedan las fotos anteriores para reconocerlo.

También se puede hacer un tour temático sobre el personaje. Hay algunos organizados pero quien prefiera ir por su cuenta deberá acercarse hasta la Vía Muneghe, donde vino al mundo en una familia de cinco hermanos y cuyos padres eran comediantes (actuaban en la Vía del Teatro). O al espléndido Palacio Ducal, pues allí estaba el calabozo del que se evadió (siendo el primero que lo logró en tres siglos); casi seguro que antes de huir tuvo que atravesar el Puente de los Suspiros, que conectaba el edificio con la cárcel (el nombre le viene de los suspiros que debían dar los presos al decir adiós a sus libertad mientras veían una última imagen de Venecia) y, más concretamente, con los calabozos Piombi, o sea, de los plomos, que estaban en la parte alta, justo bajo el tejado, y se llamaban así por las rejas de las ventanas.

También se puede ir al Palazzo Soranzo (en la Vía San Polo), en el que trabajó como músico al servicio de unos nobles. Sin olvidar algunos lugares muy conocidos que solía visitar con las damas que conquistaba: los cafés Spade (en la calle homónima, cerca del Puente de Rialto) y Florian (cerca de San Marcos), o el casino de la Piazza Moise.

Fotos: JAF

Comentarios

Mario ha dicho que…
Que interesante lo que has contado, he aprendido algo nuevo. Estoy planificando mi viaje por esa zona para el próximo mes y he hencontrado hoteles baratos en venecia por lo que cuando llegue ire a conocer todos los lugares que me has mencionado en este articulo que has publicado. Recomiendo al que pueda ir también a recorrer ya que Venecia es una ciudad con mucha historia por conocer.
Anónimo ha dicho que…
Sin duda en estas 118 islas que componen Venecia han vivido grandes pintores como Tiziano, Tintoretto o Canaletto , genios músicales como Antonio Vivaldi, exploradores como Marco Polo y hasta un importante agrónomo como Vincenzo Dandolo. Pero sin lugar a dudas el más extravagante de todos ellos fue Giacommo Casanova.

¿No lo creen?

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