El Diablo en Toledo

Toledo es una de las ciudades más fascinantes de España y una de las que mayor cantidad de leyendas misteriosas acogen en sus crónicas. Hace un par de años incluso se publicó una curiosa novela con argumento basado en los Mitos de Cthulhu lovecraftianos que tenía esta ciudad como escenario.

Callejones retorcidos, pasajes estrechos a recorrer por escalinatas desvencijadas, cavernas subterráneas que habrían originado el mito de la destrucción del reino visigodo, la famosa coexistencia de las tres grandes culturas (cristianismo, islamismo y judaísmo), historias de brujería y hechos esotéricos legadas a la posteridad gracias a la labor de la afamada Escuela de Traductores...

Considerada una de las capitales religiosas de España, resulta paradójico que en la Catedral toledana se pueda encontrar una Puerta del Infierno, al igual que hay también -bastante cerca, por cierto- un callejón del mismo nombre y otro bautizado como del Diablo (foto). El origen de esos apelativos es incierto y sólo se puede especular, dicen los expertos, con la posibilidad de que en alguna de sus casas habitara un reo acusado por la Inquisición de brujería o tratos con el Maligno. En tal caso habría sido condenado a comparecer en el correspondiente auto de fe ataviado con el sambenito, una especie de túnica amarilla que se coronaba con una caperuza del mismo color. Tras la ejecución se colgaba el sambenito en la iglesia parroquial con el nombre del culpable para vergüenza de sus familiares y descendientes pero, a veces, se ponía en la ventana de su vivienda para que todos pudieran verlo; como la túnica llevaba bordadas en rojo imágenes de demonios y llamas, ahí podría estar la clave.

No obstante, Toledo tiene su propia explicación legendaria: la historia de aquel caballero cristiano que, enamorado de una joven judía que prefería a un comerciante de su misma religión, contrató los servicios de una célebre bruja conocida como la Diablesa para que le ayudara con un conjuro. Efectivamente, víctima de la magia negra, el comerciante hebreo apareció muerto con expresión desencajada y el cristiano tuvo libre para acceder a su amada. Una noche se citó con su cómplice en el callejón de marras para pagarle; al tocar las monedas ,un fuego justiciero mató a la bruja y espantó al caballero. Desde entonces, aquél fue conocido como el Callejón del Diablo. Incluso hay unas coplas tradicionales
Ayer murió la Diablesa
por el fuego consumida.
Ayer murió la Diablesa
la de los ojos de oliva.
La Diablesa, la Diablesa
del Demonio poseída.

Foto: Callejón del Diablo, por JAF

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