Zaballen, los basureros de El Cairo


Esto es El Cairo, Egipto. La zona que no se muestra al turismo, claro, sin faraones, pirámides ni falúas por el Nilo. Es un barrio conocido como Ciudad basura, sin agua corriente ni electricidad ni infraestructura alguna -sin vida comercial, por tanto-, donde habita una comunidad de ciudadanos a los que se llama Zaballen, palabra árabe que significa algo así como "gente de la basura". Porque, en efecto, los zaballen viven de ella.

En una megaurbe de 8 millones de habitantes la producción diaria de desechos es tremenda y los zaballen se ocupan de recogerlos, clasificarlos y reaprovecharlos o descartarlos definitivamente desde hace muchas décadas; una tradición, como quien dice. Van de puerta en puerta con sus camionetas tipo pick up o simples carros tirados por burros y se llevan a sus casas (pulsar sobre la foto para agrandar la imagen) todo lo que consideran susceptible de analizar y aprovechar: según estadísticas, llegan a reciclar hasta un 80% del material. Por supuesto, se trata de una actividad ejercida de forma extraoficial, un medio de vida a la desesperada. Economía sumergida, que diría un técnico.

El problema es que no constituyen un lobby. Primero, porque no son muchos: entre 60.000 y 70.000. Y segundo, porque no son musulmanes sino cristianos coptos, lo que les relega al último estrato social. Quizá por ello el Gobierno no tuvo reparos hace muy poco en sacrificar la mayor parte del ganado porcino de este colectivo: la explicación oficial fue frenar una posible epidemia de gripe animal, aunque tampoco vamos a descubrir ahora el poco apego del Islam a esta especie. El caso es que miles de cerdos perdieron la vida y, si se evitó la enfermedad en cuestión, a cambio asoma ahora la amenaza de otras derivadas de la descomposición de la basura orgánica. Porque resulta que los cerdos se la comían y así conseguían impedir brotes de tifus y similares.

Al final parece que se va a recurrir a una medida radical: el Gobierno planea trasladar a esta comunidad a unos terrenos situados al este del Cairo. Son 50.000 acres en el linde del desierto. La pregunta es ¿de qué vivirán?

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