Los fantasmas de Père-Lachaise

Este fantasma saliendo de su panteón para dar una vuelta está en uno de mis lugares favoritos de París: el cementerio de Père-Lachaise; un lugar que supera su condición de necrópolis para convertirse en auténtico destino turístico y para cuya visita es necesario llevar un plano (se dan a la entrada) o consultar antes el recorrido virtual de su página web. En dichos planos figuran las tumbas de cientos de personajes famosos, tantas que casi no hay tiempo material para verlas todas. En ese sentido Pére-Lachaise está en desventaja respecto a los camposantos de Montmartre y Montparnasse, que también reciben numerosas visitas pero son más pequeños. En cambio, este resulta mucho más bonito porque es el tercer parque de la ciudad tras Boulogne y Vicennes -por tamaño y arbolado- y uno puede pasear entre sus sepulcros sin estar agobiado por grandes bloques de edificios alrededor; tiene noventa y tres hectáreas.

El cementerio se inauguró en 1804 con diseño de Théodore Bronniart y Etienne-Hippolite Godde, siguiendo las órdenes de Napoleón, que quería un lugar de enterramientos sin clases sociales y fuera del casco urbano. Como los más pudientes seguían sin aceptar el nuevo sitio, en un barrio tan alejado y pobre, se decidió incitar a la gente inhumando los restos de personajes históricos como Abelardo y Eloísa o los escritores La Fontaine y Moliére. Y dio resultado. Desde entonces, y tras sucesivas ampliaciones, no sólo han descansado allí cuerpos de toda condición social hasta alcanzar las setenta mil sepulturas sino que siguieron otras grandes personalidades que hoy convocan a dos millones de turistas anuales.

¿Quién está enterrado en Père-Lachaise? El más popular, por lo menos hasta hace poco, era Jim Morrison, el cantante de The Doors, cuya tumba es muy pequeña y se halla medio escondida, encajonada en un recodo. Siempre tiene flores y gente pero sería más fácil de localizar si los fans más fetichistas no hubieran cogido la fea costumbre de llevarse el busto de bronce que había sobre la lápida y que el Ayuntamiento ha decidido no reponer más. Aparte de él también se pueden encontrar nombres de escritores como Oscar Wilde, Marcel Proust, Honoré de Balzac, Albert Camus, Colette y Guillaume Apollinaire, intelectuales como Jean-francois Champollion, Adolphe Thiers o Auguste Comte, pintores como Eugène Delacroix, Georges Bizet,  Amedeo Modigliani,  Honoré Daumier, Edgar Degas, Camile Pisarro, Camile Coro o Jean-Louis David, gente del cine como Luchino Visconti, Yves Montand, Simone Signoret o George Mélies, y músicos y bailarinas como Frederic Chopin, Edith Piaf, Isadora Duncan...

Marta, trípode en ristre, montando guardia ante la tumba del mariscal Ney. ¿Estará él dentro?

¿Y quién no está enterrado allí? Pues por ejemplo María Callas, que tiene tumba pero vacía, ya que sus cenizas se esparcieron por el Mar Egeo. O Michel Ney, mariscal de Napoleón y culpable de su derrota en Waterloo según el corso (le describió como "un auténtico zoquete"), del que hay una leyenda: los restos mortales corresponderían a otro fusilado en su lugar porque él, gracias a su filiación masónica y al contrario que sus colegas (y vecinos de enterramiento) Joachim Murat y Massena, pudo huir a EEUU, donde vivió como granjero bajo el nombre de Peter Steward.

Por último mencionar una curiosidad. También hay dos políticos españoles, Godoy y Negrín, que murieron en el exilio y nunca regresaron; ¿lo harán desde el Más Allá? ¿Será alguno el de la primera foto?

Fotos: 
El fantasma de Pere-Lachaise, por Marta B.L
Tumba de Ney, por JAF

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