La mítica fundación de Cuzco
      El otro día contaba cómo una costumbre en común que parecen tener los dioses es exterminar a la Humanidad cuando no les gusta su comportamiento, con preferencia por grandes diluvios que ahogan a casi todo bicho viviente. Lo vemos en la epopeya mesopotámica de  Ut-Napishtim , en el  Génesis  judeocristiano y en la mitología andina de Viracocha .     También se repite el elemento salvador para aquellos que se lo hayan merecido. Lo típico es una embarcación  pero, dado que los pueblos andinos no eran muy marineros y tenían a mano el lago Titicaca , fue esta masa de agua, que consideraban último resto del cataclismo, la que salvó a los justos; más concretamente, la  Isla del Sol .     En ella puso Inti , otra deidad, a sus hijos Manco Cápac y Mama Ocllo, para que enseñaran la civilización al ser humano primitivo. Pero de este mito hay otra versión, a su vez subdividida en múltiples variantes, que recogió el cronista Juan de Betanzos en el siglo XVI de boca de la aristocracia inca...