Monasterio de San Jerónimo: marinos y poetas (y elefantes, y saltamontes...)

En julio de 1499 arribaba a Lisboa una carabela llamada Berrio . Era el último barco que quedaba de los 4 que componían la flota de Vasco de Gama (que llegó en septiembre porque tuvo que detenerse en las Azores para enterrar a su hermano). Habían zarpado de la capital portuguesa 2 años antes, doblado el Cabo de Buena Esperanza y, tras tocar algunos puertos del Océano Índico, alcanzar la India y establecer una factoría comercial. Así que a Portugal sólo regresaba un navío con 55 de los 148 aventureros que iniciaron el viaje, pero el descubrimiento de aquella nueva ruta para traer especias supuso un triunfo que el rey Manuel I quiso celebrar por todo lo alto. Y decidió fundar un colosal monasterio en la freguesia de Belem, que es donde se halla la desembocadura del Tajo y, por tanto, el puerto. El Monasterio de los Jerónimos fue construido sobre la Ermida do Restelo, una iglesia fundada por su predecesor, Enrique el Navegante , también para celebrar los periplos marítimos lusos,...