La cueva de Creta donde nació y creció Zeus
Es curioso. Acabo de terminar unas vacaciones en Creta y en vez de escribir sobre las mil maravillas que conocí voy a hacerlo sobre algo que, por desgracia, me quedó en el tintero. Es especialmente sangrante porque cuando elegí la isla griega como destino lo hice con una lista de sitios que ver sí o sí y uno de ellos era ése. Hablo de la Cueva de Ida, lugar al que a la postre me resultó imposible ir porque las Moiras se empeñaron en hacer encaje de bolillos con sus hilos y decidieron que el destino de γεωργός no era hollar el suelo sagrado donde nació el padre de los dioses y los hombres, Zeus. Como estamos en el siglo XXI no me hicieron dar tumbos perdido por el mar ni me dejaron pasar siete años con Calipso -que tampoco sería una mala idea-, sino que se limitaron a ponerme delante dos obstáculos dignos de los trabajos de Heracles: primero una carretera más sinuosa que una serpiente, tan llena de curvas como estaría la propia Calipso -o Circe también, no se vaya a po...