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Mostrando entradas de mayo, 2014

La cascada de Misol-Ha

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  No sé si recuerdan a un mercenario que, aislado en medio de una selva centroamericana y acosado por un extratrerrestre muy feo que antes ha estado cazando a sus amigos y le quiere a él también como trofeo, prepara una serie de trampas, se embadurna el cuerpo de barro para escapar a la visión infrarroja del adversario y le desafía con un grito de guerra de ecos casi tarzanescos. Esa escena corresponde a la película Depredador y su protagonista, interpretado por Arnold Schwarzenegger, se dispone a enfrentarse con su enemigo en un escenario realmente espectacular situado en el estado de Chiapas , en México . Tras conseguir herir al bicho, el mercenario cae a una pequeña laguna alimentada por un bello salto de agua que, en la vida real, constituye uno de los rincones más turísticos del lugar: Misol-Ha . El depredador, versión 4.0 Se localiza a una veintena de kilómetros de Palenque , así que es un buen sitio para visitar después del recorrido por el sitio arqueológico. Tambié

La Iglesia del Temple en Londres

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Ya que dediqué el penúltimo post a Saint-Sulpice de París , y dado que la casualidad ha querido que recientemente haya podido visitar en Londres otra iglesia que se me resistía, la Temple Church , ambas fundamentales en la novela El código Da Vinci , hoy voy a insistir en el tema. Que conste que el libro me parece malo tirando a peor, pero ha servido para incitarme a conocer esos dos rincones que, de otra manera, quizá hubiera postergado en beneficio de otros. Además, después de tres visitas a la capital británica, habiendo visitado lo más renombrado, hay que empezar a buscar esos sitios menos frecuentados por las masas de turistas pero que resultan de indudable interés. La nave circular de la iglesia del Temple   La Iglesia del Temple es uno de ellos, con o sin código, porque se trata de una de las más antiguas de la ciudad y se ubica en un entorno espléndido, Inns of Court , rodeada de magníficos edificios y aún más bellos jardines, aunque todo ello es fruto de rest

La tumba de Tutankhamón

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No te importen los siglos, Tutankhamen . Así rezaba un eslogan publicitario de una marca de ginebra que, desde pequeño, se me quedó grabado por la sugestiva y evocadora imagen de un arqueólogo pre-Indiana Jones: vistiendo sahariana y sombrero, degustaba un gin tonic sentado sobre unas ruinas egipcias a la crepuscular luz de un atardecer. Entonces no imaginaba que un día tendría ocasión de repetir le esas palabras al faraón in situ . El gobierno egipcio acaba de abrir al público una réplica exacta, al milímetro, de la tumba de Tutankhamón . Es de fabricación española y ha sido ubicada, cómo no, junto a la casa del descubridor de la original, Howard Carter . Su objetivo declarado es tratar de reducir el número de visitantes que tiene la verdaderal, que la han dejado algo maltrecha por los bruscos cambios de temperatura y humedad que produce el paso de tres mil personas diarias . Ésa es la explicación oficial que, la verdad, me sorprende un poco porque cuando yo visité Egipto

Ciencia, religión y fantasía en la iglesia de Saint-Sulpice

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Viajar a París unos pocos días significa que uno sólo va a tener tiempo de ver esos sitios de referencia cuya visita es casi obligatoria. Ya saben: el Louvre, Notre-Dame, Orsay, el Arco del Triunfo... Pero la capital de Francia tiene atractivos suficientes como para volver una y otra vez y seguir descubriéndolos sin parar. No sé cuánto tiempo haría falta para verlo todo, pero serían muchas, muchas semanas. Sólo con ceñirse a las iglesias , por ejemplo, daría para un buen montón de jornadas: la Catedral, la Santa Capilla, el Sagrado Corazón, Saint-Denis, la Madeleine, Saint-Eustache, Saint-Étienne-du-Mont, Saint Germain des Prés... Una de las más interesantes, que ya es decir, es la de Saint-Sulpice , que está situada en la plaza homónima. Este apacible espacio, vecino del boulevard Saint Germain, de los Jardines de Luxemburgo y de la entrada a las Catacumbas, se caracteriza por una fuente en la que cuatro cardenales -ninguno de los cuales llegó a Papa, por cierto- apu