La dura vida del turista II
El otro día hablaba de los pelmazos que abundan por esos mundos de Dios y evocaba la experiencia brasileña. Pero resulta que los hay aún más plastas, sólo que no en los mundos de Dios sino en los de Alá. Éstos son peores porque no se limitan a caminar a tu lado como fantasmas esperando que en algún momento cambies de opinión y les compres algo: en vez de ello te dan la tabarra como el asno de Schrek pero con su típica cháchara, jamalají jamalajá . Al cabo de unos minutos tienes la cabeza como un bombo y empiezas a verlo todo a cámara lenta, dando vueltas a tu alrededor, percibiendo el sonido como algo lejano mientras el moro en cuestión sigue largando como una ametralladora. Si tienes pensado viajar a Egipto o Marruecos estás advertido. Considera este post como una especie de mota negra de los piratas y atente a las consecuencias porque tienen su estrategia perfectamente estudiada. En el país de los faraones han montado un eficaz dispositivo a la entrada de los monumentos, con ...