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Mostrando entradas de 2014

La Capilla Sixtina: el Juicio Final

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Lo vimos en el post anterior: pese a sus reticencias iniciales, y quizá motivado especialmente por las dudas burlonas que sus colegas de profesión manifestaban sobre la capacidad de un escultor para pintar la bóveda de la capilla, Miguel Ángel deslumbró al Papa y a todo el mundo cuando mostró su obra terminada en 1512. Parecía imposible mejorar aquello pero, veinte años más tarde, el artista regresó volvió a iluminar la Santa Sede con su visión del Juicio Final . Artística, se entiende. Miguel Ángel no era muy agraciado O historicista, si se mira desde otra perspectiva. Fue Clemente VII , un Médici, quien en 1534 le pidió al maestro que pintase en la pared del altar ese tema, dicen que recordando el terrible Sacco de Roma que le tocó vivir cuatro años antes (y durante el cual, por cierto, la Capilla Sixtina fue usada como cuadra por los incontinentes mercenarios alemanes), si bien otros opinan que el tema es una muestra de la Contrarreforma que se llevaba a cabo entonc

La Capilla Sixtina: la bóveda

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Todo lo que rodea a Miguel Ángel en general y la Capilla Sixtina en particular está lleno de ironías. Empezando por el propio artista, que era soberanamente feo (en parte por un puñetazo que le desfiguró la nariz tras una pelea de juventud; cosas de su irascible carácter) y sin embargo creó algunas de las obras más bellas del arte universal. Y siguiendo por el hecho de que él mismo se considerase fundamentalmente escultor , por lo cual manifestó bastantes reticencias a encargarse de la que iba a ser su obra maestra. También resulta paradójico que ese lugar, emblemático no sólo por su decoración sino porque es donde se reúne el cónclave de cardenales para elegir Sumo Pontífice de Roma -en una esquina se puede ver la estufa donde se queman los votos, conectada por un tubo a la ventana por donde sale la fumata -, fuese originalmente un bastión defensivo del que aún se aprecian incluso las aberturas para arrojar aceite hirviendo. Panorámica del Vaticano con la Capilla

La Capilla Sixtina: renovarse o morir

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Quería pisar, admirar y hasta babear la Capilla Sixtina desde que ví El tormento y el éxtasis , aquella película de Carol Reed en la que Charlton Heston encarnaba a Miguel Ángel y Rex Harrison al papa Julio II y que contaba precisamente cómo fue el encargo del segundo al primero, los choques entre ambos -caracteres difíciles- y el proceso de decoración de las bóvedas. Fotogramas de la película mostrando el proceso de pintura de la bóveda   La primera vez que se me presentó la oportunidad fue durante el clásico viaje de estudios de la universidad, hace ya décadas. Como suele ocurrir, aquella estancia en Italia fue tan efímera como intensa, intentando ver el máximo de cosas aprovechando que la juventud permite ciertos excesos sin cansancio. Durante tres jornadas en Roma visité muchos sitios, obviamente, pero El Vaticano ocupó un día entero. Y dentro, el gran momento llegó con la visita a la Capilla Sixtina. Ya entonces -hablo de mediados de los ochenta- había gra

Un día en Uyuni: el salar

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Continuación del post anterior, donde empecé a contar cómo siete bloggers españoles visitamos Uyuni invitados por el gobierno de Bolivia y vimos el cementerio de ferrocarriles de Pulacayo . Ahora toca hablar del salar. Tras dejar atrás el cementerio de ferrocarriles de Pulacayo , y con el sol ya calentándonos desde los alto, hicimos una parada técnica en Uyuni : mientras nuestros anfitriones cargaban la comida, algunos aprovechamos para dar una vuelta por el mercado que se extendía por una de las calles más céntricas, justo donde había un insólito monumento al Rally París-Dakar. Decenas de sencillos tenderetes, levantados con cuatro alambres y un plástico y atendidos por las mujeres locales, achaparradas, tostadas por el sol, ataviadas con las típicas faldas acampanadas y el característico sombrero, del que salían larguísimas trenzas azabache hasta la cintura.  El monumento al Rally París-Dakar   El guía nos propuso un curioso reto : decir cualquier cosa u objeto, que

Un día en Uyuni: el cementerio de ferrocarriles de Pulacayo

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Éramos siete sufridos blogueros españoles de visita en Bolivia , por cortesía de sus autoridades, para participar en un congreso turístico. Terminadas las dos jornadas de trabajo, llegaba el momento de conocer algunos sitios interesantes del país y, para ello, nada mejor que sumar un madrugón inmisericorde al soroche (mal de altura) y al jet lag tamaño king size que aún arrastrábamos tras el maratoniano viaje desde España . Así que hubo que hacer caso al estridente e impío despertador que, a horas intempestivas, atronó en la madrugada para el traslado desde el centro de La Paz a El Alto , donde se halla el aeropuerto. Allí tomaríamos un pequeño avión con destino a Uyuni . El miniaeródromo de Uyuni, solitario y gélido a primera hora   El trayecto aéreo duró una hora y tomamos tierra en el minúsculo aeródromo de esa localidad, siendo recibidos por el frío intenso propio de esas alturas y del horario mismo. Un par de coches nos llevaron al centro del pueblo, cuya prim

Cita en Perú con Tadeo Jones, Shin-Chan y Chimo Bayo

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Tadeo Jones , Shin-Chan y Chimo Bayo . Menudo trío ¿eh? Pues una vez compartí con él una jornada turística en Perú . Era verano, había viajado por el país descubriendo sus rincones más atractivos y, después de conocer Lima, Nazca , Arequipa, el cañón del Colca, Puno, el lago Titicaca , el Valle Sagrado, Cuzco y Machu Picchu, emprendí rumbo al norte , esa región menos visitada pero igualmente fascinante. Quedaban atrás los Andes y el Altiplano para dar paso a la costa, donde las culturas prehispanas más destacadas fueron la mochica y la chimú . La arquitectura de piedra ciclópea daba paso a la de adobe, los bizarros tambos fortificados a las pirámides, la orfebrería áurea a la cerámica policromada. Es la tierra reseca y calurosa de Chiclayo y Trujillo , donde la magnificiencia del Inca encuentra reflejo en el Señor de Sipán y las fortalezas entre montañas son sustituidas por imponentes huacas , medio deshechas por la erosión y la intrusión profanadora de los huaqueros .

Guadalest

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Hace ya unos cuantos años, visité la provincia de Alicante con unos amigos locales que sirvieron tanto de anfitriones como de esforzados y entusiasmados guías. No fue mucho tiempo o, al menos, no tanto como uno quisiera, dedicando un par de jornadas a conocer la capital, otra a navegar hasta Tabarca y una tercera recorriendo el litoral en tren para visitar sitios como Villajoyosa, Benidorm, Alfaz de Pi, Altea y Calpe. La última la hicimos en coche por el interior , descubriendo que el atractivo de la Costa Blanca no está sólo en la parte que se asoma al mar. Precisamente quería hablar de ese recorrido carreteril que me llevó a sitios tan interesantes como las Cuevas de Canalobre, Alcoy o Jijona, aunque el gran hallazgo probablemente fue Guadalest . Únicamente estuve una mañana, por lo que me quedaron pendientes de ver muchas cosas en ese lugar, desbordante de interés pese a ser un pueblecito minúsculo, con más turistas (miles diarios en verano) que habitantes (dos centenare

U Kalicha, la cervecería del soldado Sveijk en Praga

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¿Quién representaría mejor a Praga? ¿Personajes de leyenda como la princesa Libussa o el Golem judío? ¿La prosperidad encarnada en el monarca Carlos IV o la infamia de Reinhard Heydrich, el Ogro de Bohemia ? ¿Las hazañas deportivas del atleta Zatopek o la ciencia de Tycho Brahe? ¿Quizá un músico como Smetana, que compuso El Moldava , o acaso un poeta como Rilke? ¿Políticos como el presuntamente defenestrado Dubcek o el conciliador Havel? ¿Escritores de altura como Kafka o Kundera? ¿Iconos religioso-turísticos como el Niño Jesús? Probablemente todos ellos, pero cuando viajé a la capital de la República Checa hace tres años tenía claro que quería visitar un rincón que la mayoría de los turistas ignoran o desconocen, ya que aparece inmortalizado en una novela cuyo protagonista es un praguense muy peculiar, no precisamente idóneo para presumir de él. Me refiero al soldado Svejk , parroquiano asiduo de la cervecería U Kalicha . Las aventuras del buen soldado Svejk (le