D-Fens


Costa Rica acaba de celebrar elecciones y tiene nueva presidenta, Laura Chinchilla, que ya ha declarado que su prioridad es poner coto a los crecientes índices de criminalidad nacional. No es una ocurrencia política sino una demanda de los ciudadanos en general, hasta ahora poco acostumbrados a tales porcentajes.

Y debe ser cierto. El verano pasado estuve en esa tierra y, aunque por suerte no fui víctima de ningún delito, pude ver indicios de que algo no iba del todo bien, imágenes que nunca había visto en otros lugares. La capital, San José, no es precisamente una belleza -desde luego no concuerda con el resto del país-, asemejando una villa grande, sucia y caótica. Como suele ocurrir, el centro aún da el pego pero los barrios jamás ganarían un concurso de belleza urbana.

En esas zonas buena parte de las edificaciones son casas bajas unifamiliares, modestas, algo decrépitas. Pero, sobre todo, fortificadas, como si guardaran en su interior todo el oro precolombino que no pudieron encontrar los conquistadores. Portones de acero, barrotes en puertas y ventanas, cadenas cerradas con candados del tamaño de un puño, muros con cristales encima, incluso alambradas de concertina, ésas que tienen cuchillas; sólo faltaban abrojos en el suelo y refugios antinucleares en el sótano. Hasta la vivienda más aparentemente pobre dispone de defensas que parecen preparadas para rechazar el ataque de una horda de zombies hambrientos.

En otros países, como Egipto, la seguridad también es ostensible por todas partes, con guardias provistos de metralletas, escudos anti-explosivos y sacos terreros, pero la diferencia es que en Costa Rica no hay exhibición de fuerza pública sino que parecen ser los ciudadanos los que asumen su propia protección doméstica. Y no es sólo San José porque también ocurre en Puerto Limón y otras poblaciones.

En fin, resulta extraño en una nación que no tiene ejército y goza de una de las mejores situaciones económicas de América Latina. Por los barrios citados no se pasa más que en bus, dado que no son zona turística, pero en lugar de Costa Rica tiene uno la sensación de estar en Francia viendo la Línea Maginot. Esperemos que, al menos, sea más útil que ésta.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Y yo que me planteaba huir de España para establecerme allí... esto me da para pensar. Planes frustrados por el terror.

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